jueves, 2 de agosto de 2012



¡Córrele, que te alcanza el FLASH!



Hace pocos días, mi estimado jefe (que digo jefe, HERMANO) Beto Castillo me comisionó para una misión de carácter vital: alimentar y proveer de contenido gráfico a nuestro departamento web, con motivo de las Olimpiadas en Londres.
Cosa fácil, pensé: nada más sencillo que hacer uno que otro grafiquito o ilustración, muy bonitos y muy elegantes, y seguir avanzando en este sinuoso camino de la comunicación.

Pero, ¡oh, sorprais-sorprais! Nuestro H. editor web, Daniel Rosas, no solamente necesitaba complementar la edición con imágenes estáticas, colores brillantes e información, sino que además, su servidor debía tomar un curso exprés de Flash para 'animar' dichas ilustraciones, crear galerías fotográficas y demás contenido multimedia.
¡Oh mai gad! grité en mis adentros; si a algo le saco es a ponerme a trabajar como robotcito para llenar líneas de códigos y scripts, esenciales para poder desarrollar dicho contenido animado.
Pues ni modo, era de carácter obligatorio... se agendó para este lunes pasado el seudo diplomado más rapidín que un mañanero en lunes, y así poder empezar a estructurar en tiempo y forma las encomiendas que se estaban retrasando para nuestro site.
El curso, tal como me lo esperé, me regaló un montón de sentimientos y añoranzas, recuerdos lejanos de cuando empezaba a desempeñarme dentro de las oficinas cerradas y con olor a tinta de las redacciones viejas: Por principio de cuentas, Paco (o Hugo o Luis, no recuerdo de momento el nombre del compañero comisionado a iniciarme en los secretos cabalísticos y bondades del mentado Flash) llega de comer a las 5 de la tarde, una hora antes de mi horario de entrada regular a la redacción. En seguida, tras comunicarle que estaba a sus órdenes para comenzar a 'picarle' al Flash, me dice que lo único que yo tenía que hacer era reservarle dentro de mi ilustración un espacio para que él coloque el puntero de avanzar o retroceder. Valiente curso.
No es ilógico. Algunos gozan de el aura de 'poder' que brinda el tener o saber algo que los demás desconocen o no poseen.
E hice referencia a la 'nostalgia' y casi ternura que el compañero en cuestión me hizo recordar, cuando, como buen aprendiz de comunicólogo, preguntaba lo que no sabía a los colegas y/o vecinos de la redacción, todo en aras del buen desarrollo laboral y la premisa de los cierres. Los 'amigos' en cuestión, cuando bien me iba, me daban una cátedra de lo que debía hacer e investigar, y me dejaban igual o peor que antes. Salvo contadas excepciones, todos aplicaban la máxima de 'si no sabes, estás jodido... qué bueno que yo sí sé...'.
Bueno, para no atosigarlos con mis incipientes experiencias intralaborales, todo eso se reflejó 15 años después con este compañero... que al menos tuvo la educación (o la poca malicia) de no hacerme sentir como chino en Veracruz.
Ya ni le insistí (a lo mejor tiene un montón de cosas más importantes qué hacer, en vez de capacitar a un antagonista laboral en potencia), le di las gracias cortésmente, me conduje a mi cubículo y apliqué la misma estrategia que hace 15 años: si no me dicen, investigo.
Y tal es el cuento de hoy; después de pasarme 2 días empapándome de material didáctico y hacerle al programador un ratito, hemos concluido la primera gráfica multimedia en Flash, tal y como la requirió el licenciado Rosas.
Ya sé que no está macabra y morrocotuda, pero es la primera que hago.. y solo. Agradezco ampliamente a los Marlboro, los cheskos y los gansitos su ayuda desinteresada, y prometo esforzarme más para pulir mis (hasta ayer) nulos conocimientos en creaciones multimedia. Vayan con Dios.