martes, 20 de marzo de 2012


Mi cuaderno, felipillo


“¡Me puse como una jericaya!”


Así me contaba el mediodía de este martes mi buen amigo Felipillo Muñoz Pérez, quien para las doce del día estaba en lo más alto de la torre Google México; no me dijo qué andaba haciendo a esas horas por allá, o si trabaja en dicha empresa (él es ingeniero en sistemas), pero lo que sí me dijo fue que nomás sintió cómo se le doblaban las piernas, se le descuadraba el coccix y que balbuceaba oraciones al santo Niño de Atocha, su santo de cabecera, cuando sintió que las vibraciones en dicha edificación le hacían creer que se precipitaría al vacío.

“¡Temblaba como jericaya, stin, te lo juro!”, fue lo que me posteó por inbox desde su cuenta de Feis. Y todavía no acaba su penar. Siguen las réplicas, advierten los expertos y autoridades de aquélla zona.

Hasta las 20:30, el Servicio Sismológico Nacional registró 18 réplicas de entre 4.6 y 5.3 de intensidad. “Se espera que la actividad vaya disminuyendo en los días subsecuentes”, informó Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del D.F.

La verdad sea dicha, los mismos expertos y autoridades que alertan sobre los temblores duplicados afirman que este movimiento telúrico es el sismo más intenso después del registrado en 1985; el de los ochentas fue de 8.6 grados en la escala de Richter; el de este martes llegó, según cálculos de la agencia sismológica mexicana a los 7.1; ¡Vaya!

Pese a la gravedad del evento, solamente se han reportado pérdidas materiales en los Estados afectados por el terremoto; una que otra pared tirada, carros y calles dañados, pero ninguna muerte que lamentar.

El Presidente Felipe Calderón, desde Monterrey, donde se encuentra en gira de trabajo, se solidarizó con los damnificados y reportó que no hay pérdida de vidas humanas.

Para colmo de males, Malia, hija de Barack Obama, se encuentra de visita en estas latitudes, y le tocó su temblorcito en tierras aztecas. Está ilesa, para buena fortuna de ella (y de nosotros también, que tal si al morenazo gabacho se le ocurre tomar alguna represalia contra nosotros tipo Tormenta del Desierto por no proteger a su vástaga)

Una de las cosas que más me llamó la atención, durante y después del siniestro, fue que los mexicanos afectados por el sismo hicieron un increíble uso de las redes sociales, más que de los medios tradicionales (el teléfono, en particular).

Casas de empeño… o cuevas de ladrones

La Profeco, en nuestra entidad, pretende llevar a cabo un ambicioso plan de capacitación para las diferentes negociaciones dedicadas al préstamo de dinero sobre bienes, las llamadas casas de empeño.

Con estas medidas, la dependencia pretende regular su funcionamiento, la manera como se desempeñan ante sus usuarios y que se respenten diversos compromisos pactados con el organismo en beneficio de la población.

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